Convertirnos en madres es una oportunidad que nos da la vida para renacer, para transformarnos y permitirnos evolucionar a una mejor versión de nosotras mismas.
Sin embargo es duro, arrancarnos todas esas ideas que a lo largo del tiempo la sociedad nos ha imprimido como una huella indeleble; los estereotipos que nos han creado a través de una maternidad comercial con estándares antinaturales y capitalistas nos están desbalanceando cada vez más.
La adaptación a las nuevas responsabilidades, el dolor, la falta de sueño, pero principalmente el montón de recomendaciones familiares y lineamientos médicos de: ¿cómo debemos actuar para ser “la mejor madre” para nuestro bebé?, es demasiado para poder hacerle frente solas.
Se nos ha olvidado que maternar es un acto natural, para el que fuimos perfectamente diseñadas, sin embargo el instinto materno no está a flor de piel, sino que lo desarrollamos día con día, conforme nos adecuamos a nuestro estilo de vida, conforme pasamos tiempo piel con piel con nuestros bebés y aprendemos a interpretar sus señales.
Escuchamos montones hablar de los primeros 100 días postparto, su importancia para el bebé, para su adaptación a este nuevo entorno y no se nos puede olvidar que este va a ser el tiempo inicial de “capacitación” para la madre, una capacitación 24/7, con un nivel de exigencia bárbaro.
Detente entonces, haz una pausa… prestá atención y escuchá a tu bebé, respirá, buscá personas de confianza que te ayuden a empoderarte, pues las mejores respuestas para atender a tu bebé están sólo dentro de vos!! ¡Conectate contigo misma, dejá que ese instinto fluya por todo tu ser!, no dejes que el estrés y el cansancio te ganen la batalla!
¡Todo lo que necesitas está dentro de vos, dejá de buscar tanto afuera! Dejá de estresarte porque tu bebé se sale del esquema, porque es diferente, porque no calza con todo lo que te dicen! Arrojá eso a un canasto y permitite conocer vos misma a tu bebé, interpretar sus señales, dejale ser único o única, porque al final de cuentas todos somos diferentes y lo que necesitamos es tiempo, silencio, calma, descanso, apoyo, empatía….
Como siempre digo: con mucha paciencia y amor podemos lograr cosas maravillosas
¡Conectate con vos misma! Esa es la clave para conectarte con tu bebé.
¿Si te sentís abrumada, triste, frustrada, confundida, agotada, enojada o ¿ ni siquiera sabés cómo describirlo?. ¡No te sintás sola! A todas nos pasa… ¡busca apoyo!
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Dra. Marianela Hernández Chaves
Mamá & directora de Medilacta Asesores Especialistas