Todos hemos escuchado alguna vez del riesgo potencial de que un bebé “se le suba la bilirrubina” o se ponga ictérico.
Muchas familias han tenido que pasar por el duro proceso de ser separados de sus bebés recién nacidos, pues en el centro de salud el médico notó una coloración amarilla inusual.
La preocupación en torno a la ictericia neonatal, se deriva de que niveles muy elevados de bilirrubina en el recién nacido pueden ser muy perjudiciales para la salud, generando un estado conocido como kernicterus. La encefalopatía bilirrubínica o kernicterus es un tipo de daño cerebral muy poco frecuente que se da en un recién nacido con ictericia grave.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la bilirrubina más bien puede ser un componente de las defensas naturales del cuerpo, en contra del daño de los radicales libres orgánicos (antioxidante) a los tejidos; sobre todo en casos de isquemia perinatal, es un potente antioxidante y anticancerígeno altamente necesario, ya que los recién nacidos tiene deficiencia de antioxidantes naturales.
Los niveles elevados de bilirrubina si son menores de 20 mg/dl no presentan ningún riesgo, es lo normal y saludable.
Si permitimos un contacto piel con piel contínuo y un amamantamiento frecuente, la transferencia de calostro va a generar un efecto laxante, que a su vez facilita la evacuación de la bilirrubina a través de las primeras deposiciones del bebé. Sin embargo, si el bebé no toma suficiente calostro, porque se coloca un horario de alimentación o es separado de su madre, se afecta la evacuación del meconio y los niveles de bilirrubina pueden permanecer más elevados de lo que consideramos fisiológico y natural.
A mayor el número de las alimentaciones al pecho, más bajo los niveles de bilirrubina. Por tanto, contrario a las prácticas hospitalarias actuales, NO es necesario suspender o restringir el amamantamiento; al contrario, hay que fomentar el amamantamiento correcto, corrigiendo la técnica, la frecuencia y la efectividad de las alimentaciones al pecho.
Como recomendación general si tenés un bebé con hiperbilirrubinemia podés practicar:
- Método canguro: contacto piel con piel ininterrumpido.
- Fomentar una lactancia materna intensiva y directamente en el seno materno, sin embargo, en algunos casos es necesario realizar extracciones manuales de calostro y suplementar adicionalmente al bebé.
- Asesorate con un especialista en lactancia materna, con experiencia en el manejo práctico de la ictericia.
- En algunos casos se requiere fototerapia, idealmente en contacto piel con piel con piel.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) desalienta la interrupción del amamantamiento en recién nacidos a término saludable y fomenta continuar el amamantamiento continuo y frecuente (por lo menos de 8 a 10 veces en 24 horas). Suplementar las alimentaciones al pecho con agua o dextrosa en agua. no baja los niveles de bilirrubina en un bebé ictérico, saludable y que se esté amamantando.
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Dra. Marianela Hernández Chaves
Mamá & directora de Medilacta Asesores Especialistas
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