Querida Mamá,
Hoy quiero escribirte desde mi corazón, porque entiendo lo que estás viviendo. Estás en un momento que puede sentirse abrumador, lleno de dudas y tal vez incluso de frustración. Quiero que sepas que todo lo que sientes es válido. La lactancia puede ser desafiante, y muchas mujeres atraviesan dificultades como las que tú estás enfrentando ahora.
Pero aquí estoy para recordarte algo muy importante: ¡no estás sola!. No eres la primera mamá en sentir que amamantar a tu bebé parece imposible, y tampoco serás la última en descubrir que, con apoyo, información y mucha paciencia, es posible superar estas dificultades. La lactancia es un viaje, y como todos los viajes, tiene curvas, subidas y bajadas. Cada reto que enfrentas está construido para ser resuelto, y cada pequeño logro que consigas es una victoria que merece celebrarse.
¡Tu cuerpo es poderoso!. Dentro de ti existe una sabiduría ancestral que te conecta con todas las madres que han amamantado antes que tú. Eres una mamífera, y como todas las mamíferas, estás equipada con la capacidad de alimentar a tu bebé. Pero sé que esa capacidad a veces necesita un poco de ayuda externa: una guía que te ofrezca el conocimiento que necesitas, unas palabras que te recuerden que eres capaz, y un espacio para procesar todo lo que sientes sin juicio.
Es normal que la lactancia no se vea como esperabas. Tal vez estás lidiando con dolor, preocupaciones por la producción de leche, o dificultades para que tu bebé se enlace a tu pecho correctamente. Todo eso puede solucionarse con apoyo adecuado. Busca ayuda de personas capacitadas, como consultoras en lactancia o grupos de apoyo. Habla con otras madres que han pasado por esto. La lactancia no tiene que ser un camino que recorras sola.
Por favor, ten paciencia contigo misma y con tu bebé. Mírate con amor y empatía. Ambos están aprendiendo, y como todo aprendizaje, toma tiempo. Cada gota de leche que le das es valiosa, y cada momento de contacto que compartes con tu bebé fortalece su vínculo. Incluso si decides tomar un camino diferente, el amor que das a tu hijo es lo más importante, y eso ya te hace una madre excepcional.
Quiero que te tomes un momento para respirar profundamente y recordar esto: eres más fuerte de lo que imaginas. Eres una madre poderosa, amorosa y dedicada. Confía en tu cuerpo, confía en tu instinto y confía en el proceso. Pide ayuda cuando la necesites y acepta el apoyo que te ofrezcan.
Aquí estoy para recordarte que puedes hacerlo. No importa cuánto tiempo o esfuerzo requiera, tu determinación y amor por tu bebé son tu mayor fuerza. Estoy contigo en este camino, y aunque no te conozca en persona, siento admiración por todo lo que estás haciendo.
Con todo mi respeto y cariño, de corazón a corazón:
Mari
Estoy aquí para ayudarte y acompañarte en este hermoso viaje.
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Dra. Marianela Hernández Chaves
Especialista en parto fisiológico y emergencias obstétricas
Especialista en lactancia materna
Educadora perinatal