Por un lado, puede ser realmente agotador (un recién nacido se amamanta entre 8-12 veces en 24 horas). Y por otro, la sociedad no ofrece las condiciones para cubrir las necesidades más básicas de las madres lactantes y sus bebés. Algunos de los principales retos son:
- Escuchar las opiniones de personas de nuestro entorno: todas las personas quieren “ayudar” con su opinión, lo que resulta abrumador y desgastante, pues cada uno piensa diferente, y esto puede ser confuso para los progenitores.
- Reincorporarnos al trabajo antes un tiempo de adaptación biológicamente aceptable: de acuerdo a la legislación actual debemos empezar a trabajar al tercer mes del bebé, a pesar que los bebés no están biológicamente maduros para separarse de su madre por periodos prolongados. Según la OMS y UNICEF la lactancia materna debería ser exclusiva durante un mínimo de 6 meses y la producción de leche materna depende del estímulo del pecho por parte del bebé, así que 3 meses postparto es un tiempo de incorporación al trabajo irreal y que contradice las recomendaciones de organismos internacionales que velan por la salud materno infantil.
- Salas de lactancia que brillan por su ausencia: lamentablemente en la mayoría de trabajos no se cuenta con las condiciones ideales para que una madre se estimule los pechos para la extracción y almacenamiento de leche (lo cual es indispensable para poder mantener la producción de leche y una lactancia materna exclusiva). Y además muchas mujeres sufren acoso laboral por parte de sus compañeros de trabajo o jefes al querer hacer valer sus derechos de tiempo de extracción y hora de lactancia.
- El gran negocio detrás de la alimentación infantil: las multimillonarias compañías farmacéuticas y muchas de la industria alimentaria hacen un marketing engañoso, transmitiendo mensajes masivos que crean una falsa necesidad de consumo de fórmulas infantiles, cereales, papillas u otros productos procesados, como complemento casi indispensable para una óptima nutrición, obviando que no existe en la naturaleza ni en el mercado de alimentos un producto con la composición tan especializada que nos ofrece la leche materna. Y además son respaldadas por médicos y otros profesionales en salud quienes recomiendan sus productos a las madres de forma inescrupulosa y sin una necesidad real.
Ser madre que amamanta en esta época es uno de los retos más grandes relacionados a la maternidad y depende de nosotras mismas, expresar nuestras emociones, compartir la realidad que vivimos, levantar la voz, exigir que se respeten nuestros derechos y los de nuestros bebés y asegurarnos que para el futuro contemos con mejores condiciones para nuestros hijos.
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Dra. Marianela Hernández Chaves
Mamá & directora de Medilacta Asesores Especialistas