¿Cuántas veces hemos escuchado a las personas de nuestro alrededor decirnos que debemos hacer un horario de sueño para nuestros bebés? ¿O que el bebé debería dormir toda la noche a partir de cierta edad? ¿Incluso, que deberíamos dejarles llorar para que “aprendan a dormir”?
Si bien es cierto el sueño es indispensable para que los bebés crezcan adecuadamente y se desarrollen de forma saludable, los bebés y los niños pequeños necesitan madurar muchas funciones en torno al ritmo circadiano (que es el encargado del sueño en los seres humanos).
Los adultos tenemos 5 fases de sueño, mientras que los bebés han desarrollado apenas dos, por lo que es fisiológicamente imposible “enseñar a dormir a un bebé”. Los bebés tienen una inmadurez fisiológica que les impide conciliar el sueño de la forma que un adulto lo hace.
Los bebés, además, requieren del proceso de amamantamiento para regular su ritmo circadiano (o ciclo del sueño) ya que a través de la leche materna obtienen la hormona melatonina y su precursor: el triptófano. Estas moléculas actúan como parte de la biología más básica de un ser humano.
Lamentablemente hay algunas personas inescrupulosas que han desarrollado “métodos especiales” para enseñarles a dormir a los bebés, “métodos” que se resumen en dejar llorar a los bebés, lo que ocasiona severos daños a nivel neurológico y emocional que son irreversibles.
Cuando un bebé llora sin que se le consuele, aumenta su nivel de estrés, debido a que los bebés se expresan a través del llanto. Al llorar, el bebé comunica cuál es su necesidad, ya sea sueño, hambre, dolor o incluso necesidad de compañía.
Si los padres ignoran sus llamadas, su cuerpo producirá hormonas del estrés, las cuales se acumularán en su organismo y esto podrá dañar su sistema nervioso central, así como su crecimiento, su capacidad de aprendizaje y el cómo se vincula afectivamente con otros.
Poner un horario de sueño y pretender que el bebé lo cumpla es una utopía, que puede pasar una elevada factura a la salud de nuestros pequeños.
Es natural que los bebés y niños pequeños tengan cierto número de despertares nocturnos, más si se está disfrutando del proceso de amamantamiento. Recordá que la leche materna no es únicamente comida, y la misma juega un papel fundamental en el proceso de conciliación del sueño y maduración de las funciones cerebrales, para que, en el tiempo debido, pueda ser independiente y lograr conciliar el sueño por sí mismo.
Los niños maduran las funciones del ritmo circadiano alrededor de los 7 años, por lo que aún a esas edades puede ser natural que requieran apoyo, compañía y contacto piel con piel para conciliar el sueño.
Abraza a tus hijos, acurrucate con ellos y dejá que duerman sobre tu pecho… ¡es lo natural! Ya llegará el día donde dormirán solitos sin tu apoyo.
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Dra. Marianela Hernández Chaves
Mamá & directora de Medilacta Asesores Especialistas