Según un estudio realizado por Dra Motta y colaboradores en el 2012 muchas madres no conocen el comportamiento real de un recién nacido y por esa razón creen que deben utilizar fórmula para satisfacer las necesidades de su bebé.
En la mayoría de los casos las madres tienen expectativas poco realistas de cómo el bebé se va a desarrollar en el nuevo entorno. Esto sumado a la falta de confianza de la madre, debido a la ausencia de apoyo en el postparto y a la falsa percepción que se tiene que la fórmula lo resuelve todo si hay problemas con el proceso de amamantamiento; resultan en una suplementación innecesaria o un destete precoz.
Hay tanta desinformación relacionada a las expectativas del comportamiento natural del un recién nacido, que cuando el bebé simplemente actúa con normalidad las madres y los padres se angustian, buscando alguna razón médica o patológica de este comportamiento y los profesionales en salud inician una cadena de exámenes y recomendaciones innecesarias, que solamente entorpecen el proceso fisiológico del amamantamiento.
Dentro de las falsas expectativas los nuevos padres esperan que su bebé coma fácilmente y con un horario, que duerma 14-16hrs diarias, que llore solo cuando tiene hambre y pase feliz y tranquilo en su cuna.
Pero la realidad es otra: enlazar al bebé al pecho puede ser difícil y doloroso y además puede tomar mucho tiempo, los bebés duermen periodos cortos y desean hacerlo en brazos (en contacto piel con piel), lloran y se quejan a menudo haciendo diferentes sonidos (y realmente es difícil saber la razón), se despiertan cuando los colocan en la cuna u otro lugar que no sea el cuerpo de su mamá y realmente las madres podemos sentirnos abrumadas con ese comportamiento.
Los bebés y las mamás somos un mismo sistema, el embarazo se continúa a través del maravilloso proceso de exterogestación donde el bebé necesita estar en contacto 24/7 con su madre como ha sido los últimos 9 meses, depende de ella y del proceso de amamantamiento para alcanzar su desarrollo más óptimo.
La realidad es que los bebés nacen inmaduros y es necesario que prestemos atención a pequeñas señales que nos van a ir mostrando como parte de su lenguaje corporal, para que así aprendamos a identificar lo que nuestro bebé desea en ese momento.
Todo esto implica paciencia, amor y sobretodo guía de una persona calificada y con experiencia como una doula o asesora perinatal, que con empatía nos puede guiar en este hermoso pero difícil proceso.
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Dra. Marianela Hernández Chaves
Mamá & directora de Medilacta Asesores Especialistas
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