La lactancia materna es esencial. El amamantamiento es un proceso fisiológico característico de nuestra especie que le permite a nuestros hijos desarrollarse con un óptimo estado de salud.
La leche humana es un fluido vivo y se le conoce como el suero blanco.
La leche materna contiene alrededor de 4,000 células/mm3.
Hoy quiero darte algunas recomendaciones para que puedas hacerle frente al aislamiento y las nuevas rutinas familiares durante esta pandemia
Con la situación actual del COVID19 y el aislamiento que muchas familias estamos viviendo la organización, el trabajo en equipo, establecer algunas rutinas pueden ser la clave para gozar de una convivencia armoniosa en tiempos de aislamiento.
Vincularnos con nuestros bebés desde el vientre, puede permitirnos vivir plenamente nuestro embarazo, evitar la depresión postparto y propiciar un entorno intrauterino saludable; generando un desarrollo más óptimo para nuestros hijos. ¡Atrevéte a vivir esta experiencia de conexión con tu bebé!
El estrés psicológico y emocional que sufrimos las madres en el postparto y el ideal de la maternidad que nos ha construido la sociedad, son los factores principales que incrementan los síntomas del baby blues.
La lactancia no debe doler, sin embargo la gran mayoría de mujeres atravesamos procesos sumamente dolorosos durante la lactancia.
Los bebés y las mamás somos un mismo sistema, el embarazo se continúa a través del maravilloso proceso de exterogestación donde el bebé necesita estar en contacto 24/7 con su madre como ha sido los últimos 9 meses, depende de ella y del proceso de amamantamiento para alcanzar su desarrollo más óptimo.
Al practicar piel con piel con nuestros hijos, estamos fortaleciendo su sistema inmune, su neurodesarrollo, nuestros vínculos afectivos y nos estamos permitiendo conectarnos en un nivel energético superior.